viernes, 20 de febrero de 2015

Un amor a fuego lento.



No te prometeré con paisajes falsos,
 haré de tus días una aventura increíble
 y fuera de este planeta.
Te mostraré mi mundo y mi universo
donde suelo esconderme de la realidad misma,
donde guardo mis más oscuros pensamientos,
donde aveces me siento a mirar desde lo más lejano de la ciudad.
Quiero sentarme contigo infinitamente a ver el cielo,
ver las nubes, ver el atardecer o el amanecer, como prefieras.
Sentarme a tomarme un café y un té para ti,
hablar de esas cosas cotidianas y de vez en cuando de poesía.
 Caminar juntos toda una tarde la ciudad, sin importar la dirección.
perdamos la noción del tiempo y del espacio,
que la piel clamen nuestros nombres
y al juntarnos sea un signo de nuestra propia libertad.

Que mi mano dibuje una boca y esa sea la tuya
elegir tu boca ante las otras bocas que existen,
porque ya no es justo seguir buscando,
cuando todo lo que busco y había querido encontrar,
eres tú en tu máxima expresión,
lo que le haces a mi ser,
el desnudarme sin poner un dedo encima...
Eso es digno de admirar.
Por eso no te prometo nada.
Porque lo que vivimos lo deseo escribir en el presente,
sin muchos juegos de palabras y términos rebuscados.
Estás a mi lado y eso es lo que me basta para mi.


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